top of page

Para mi yo del futuro

  • Foto del escritor: unrincondeeducacion
    unrincondeeducacion
  • 15 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Casualmente este curso escolar, decidí realizar esta actividad con mi clase. A pesar de que era la primera semana y apenas nos conocíamos, les propuse algo tan personal como escribirse una carta a ellos mismos, a su "yo del futuro".


Al principio, sus rostros mostraban asombro a la vez que curiosidad por no acabar de entender cómo le iban a escribir al futuro, si no sabían lo que iba a suceder. Yo les expliqué que, precisamente, ahí estaba la magia. Le escribiríamos a nuestro yo imaginando las cosas que nos gustaría que ocurrieran este curso, dentro y fuera de nuestra escuela. También escribiríamos sobre aquellas pequeñas metas que nos gustaría conseguir y aquellos sueños que con cariño y esfuerzo podrían cumplirse.


Desde mi mesa observaba lápices que carecían de ideas o simplemente necesitaban tiempo para pensar. Sin embargo, también observaba lápices veloces en los que se podía intuir una cantidad de palabras atropelladas que salían por el movimiento de las minas.


Esperé impaciente por saber quién sería el primero que me preguntaría: "¿Cuándo las vamos a abrir?." Llegó el momento y supieron que hasta que no acabara el curso en junio, no podríamos abrir los sobres para leerlas. En el ambiente se escuchaban murmullos por lo que se palpaba impaciencia a la vez que mucha emoción.


A dos meses de que llegue junio, creo y espero que ninguno de nosotros contemplara el escenario que estamos viviendo en su carta. Sobre todo, porque nadie imaginaba aprender tanto en tan poco tiempo. Cuando hablo de aprender no me refiero a las competencias que desarrollamos en la escuela...no, no. Esto va más allá. Ninguno de nosotros contemplaba que la vida nos fuera a poner tan a prueba y que así aprendiéramos en un par de meses el valor de un abrazo, los besos en las mejillas mientras nos apretujan nuestros abuelos y abuelas, la importancia de tener un pupitre junto con otros veintitrés que aunque a veces acabemos hartos, gracias a todos ellos nuestro aprendizaje se produce. Tampoco esperábamos aprender a tener guardado el reloj en un cajón, porque el tiempo ha dejado de ser importante y lo único que importa es disfrutar de cada momento del día. Algo tan sencillo como un juego de mesa, un baile, una película o un taller de cocina tampoco imaginábamos que nos iba a hacer sonreír tanto y mucho menos por la razón de esta sonrisa, que es con quien nos hacen sentir en un hogar, aunque sea a través de una pantalla. Lo que tampoco esperábamos aprender de manera tan rotunda es saber lo afortunados que somos por cada día que vemos el sol sobre nosotros mientras respiramos profundamente el aire, ahora, más puro.


Ahora sé que no importa cuándo ni dónde, pero estas cartas se abrirán y hablaremos de cómo la vida nos ha sorprendido para enseñarnos lo que nunca nadie podría haber hecho. Una lección que habla de humanidad y, por tanto, no podemos olvidar.



 
 
 

Comments


Publicar: Blog2_Post
  • Pinterest
  • Instagram

©2020 por Un rincón de educación. Creada con Wix.com

bottom of page